viernes, 26 de diciembre de 2008

No estaba muerto

El seis de enero de 1964, el presidente del Licey Domingo Ernesto Pichardo, mejor conocido como Monchín, fue sorprendido muy temprano con una llamada telefónica desde la ciudad de San Luis en el estado norteamericano de Missouri.
“Buenos días estamos llamando desde la oficina del equipo de Grandes Ligas Cardenales de San Luis, pues queremos nos aclaren las circunstancia en las que falleció en su país el joven prospecto nuestro Phil Gagliano”, le inquirió una triste voz a Pichardo.
“Falleció, Gagliano, no eso no es cierto, Phil está jugando con nosotros y está en buen estado de salud ¿ de dónde ustedes sacan esa información?”, le contestó un asombrado y perplejo Monchin Pichardo.
La voz respondió, “Un periódico de esta ciudad publica en sus páginas deportivas de hoy que Glagliano falleció ayer y eso nos ha llenado de pesar pues el es uno de nuestros mejores prospectos”.
“Le insisto, Phil Glagliano está muy bien y contento jugando con el uniforme de los Tigres del Licey y no hay tal muerte, eso fue quizás un error del periódico de San Luis”, informó Monchín Pichardo.
Pero a pesar de la seguridad expresada por Pichardo a la persona que llamó desde San Luis esta insistió y les pidió al directivo azul colocar al jugador al teléfono para escucharlo hablar y de esa manera confirmar que Gagliano no había muerto, tal como se había publicado en San Luis.
Antes la insistencia desde San Luis a Monchín Pichardo no le quedó más remedio que mandar a buscar al joven torpedero, que estaba practicando en ese momento en el estadio Quisqueya, para que se comunicara con la gerencia de su equipo y todo quedó aclarado. No hubo tal muerte y en la noche de ese mismo día Phill Glagliano celebró su “fallecimiento”, con tres hits.

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