En los primeros años del béisbol profesional dominicano se hizo una costumbre ir a recibir a los refuerzos al aeropuerto y luego pasearlo por las calles de los distintos pueblos o mejor dicho de los pueblos sedes de los conjuntos que intervenían en el torneo.
Así las Águilas realizaron una especie de desfile cuando vino el norteamericano Dick Stuart y lo mismo hizo el Escogido con William Brown, por sólo poner dos ejemplos.
El 23 de junio de 1951 la fanaticada cibaeña fue sorprendida con un improvisado refuerzo que se paseó triunfal por varias de las calles de Santiago en un moderno carro convertible. “El Albino”, como el hizo que se le llamara, entusiasmó a más de un seguidor del conjunto cibaeño reunido en las principales calles de Santiago para observar al nuevo “importado” mamey el cual saludaba a los fanáticos puesto de pies en el asiento trasero del vehículo donde viajaba acompañado de otras tres personas.
La llegada de “El Albino”, llamó poderosamente la atención de varios periodistas de la ciudad que se trasladaron de inmediato y con pasos apresurados a las oficinas de las Águilas para buscar información sobre el nuevo “refuerzo”que había alborotado a los seguidores del conjunto mamey.
Los directivos del equipo quedaron sorprendidos antes las preguntas de los periodistas que como es lógico, querían el nombre, los récords y la procedencia de este nuevo “artillero”.
Tomados de sorpresa, los directivos aguiluchos llamaron a la policía y estos de inmediato interceptaron el carro donde se paseaba “El Albino” y sus acompañantes, descubriendo que este no era más que un fanático bromista y procedieron a someterlo a la acción de la justicia por escándalo en la vía pública.
viernes, 26 de diciembre de 2008
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