Cuchito Alvarez era un gran amigo de mi familia. Junto a mi abuelo, don Pedro Julio Santana, producían el programa de radio "Desafiando los Expertos, en el que los fanáticos llamaban y preguntaban sobre cualquier evento del deporte mundial y ellos respondían al reto con una respuesta rápida y acertada.
Ya antes mi abuelo había trabajado con el padre del grandioso director del periódico Hoy y me contaba Don Pedro que Cuchito se sentaba a mirarlo en la forma veloz que escribía en la máquina de escribir, valga la redundancia.
En los afanes de la ACD de la era romántica creció una gran amistad entre ellos y fue Cuchito quién solicitó ser el que lo exhaltara cuando lo llevaron al Salón de la Fama como propulsor.
En 1987 soñaba yo con ser caricaturísta en los medios de comunicación. Don Pedro llamó a Cuchito y fue suficiente para que me contrataran para esa temporada de béisbol. El y Leo Corporán, a quien siempre agradeceré, fueron los me dieron la oportunidad de entrar a un maravilloso mundo que hoy día aun corre por mis venas y que por medio a éste blog puedo seguir disfrutando.
Las puertas de la oficina de Cuchito siempre estuvieron abiertas para mí pero siempre traté de no abusar, aunque sbía que su apoyo era incondicional por ser el nieto de mi amigo, lo que de alguna manera lo hacía pensar que no podía fallar.
Hasta el último día de mi permanencia en los periódicos del Grupo Corripio traté de hacer lo correcto para no fallar a esa confianza. Hoy espero no haberlo hecho porque sé que allá, donde están esos prohombres, estarán compartiendo y no quisiera que Cuchito tenga alguna queja que darle a Don Pedro sobre mi labor.
Por su entereza y verticalidad a su paso por la Tierra se que están bien preparados para el mundo de la verdad. A la hora de las preguntas las respuestas serán positivas y acertadas cuando el Señor, nuestro Dios, "desafíe a los expertos".
jueves, 18 de diciembre de 2008
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