miércoles, 21 de enero de 2009

Un forfeit muy especial

El 15 de diciembre de 1964. En la séptima entrada del juego que celebraban las Estrellas Orientales y los Leones del Escogido en el estadio Quisqueya, con el partido una carrera por cero a favor de los escarlatas, los elefantes tenían corredores en tercera y segunda base y el bateador Pat Corrales se arrastró por la antesala.
El árbitro auxiliar de esa base señor Carlos Augusto Fiallo cantó faul, pero el principal, un norteamericano de apellido Ashford, dijo que era bola buena.
El defensor del tercer saco escarlata tiró a segunda donde tocaron al corredor que regresaba y pasó a primera para completar el doble play.
Las Estrellas Orientales protestaron la decisión del árbitro principal quien ratificó lo que había cantado. Fue en ese momento que el presidente de las Estrellas, señor Rafael Antún, ordenó desde su palco, donde estaba contemplando el juego, el retiro del equipo del terreno.
En respuesta a esa acción, el árbitro principal, cantó de inmediato un forfeit que creó un gran caos en el estadio.
Los fanáticos comenzaron a lanzar hielo y otros objetos al terreno de juego y tratando de poner el orden, el comandante de las tropas policiales, los entonces conocidos cascos blancos, que estaban de puesto en el estadio, mayor Batista Peguero hizo varias detenciones.
Estas detenciones no se limitaron a los fanáticos, también afectaron a las Estrellas Orientales, pues el exjugador y miembro del cuerpo técnico verde, Bienvenido Bell Arias, fue apresado y acusado de vocearle irresponsable al árbitro Fiallo.
Hasta el presidente de la Liga de Béisbol, licenciado Arístides Álvarez Sánchez fue detenido por más de dos horas al ser conducido por un policía que al parecer ignoraba quien era su apresado.

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